En ocasiones nos encontramos en situaciones que nos hacen plantearnos muchas cosas. Así me encuentro yo en relación al blog. Siempre dije que era mi vía de escape y con esa intención lo creé, pero ahora más que ayudarme creo que está consiguiendo que me encierre más en mí de lo que ya de por si me encierro. Es una forma de recordarme cosas cuando pienso que ya deberían irse, machacarme por el simple hecho de recordarme lo que hay, lo que no y lo que yo quisiera que hubiese. LLevo varias semanas pensando si debo cerrarlo, tomarme unas vacaciones o simplemente desaparecer hasta que todo mi mundo vuelva a su sitio y de tanto meditarlo me estoy volviendo un tanto majara. Me da mucha pena el cerrarlo porque es una parte de mi, como un hijito, y me ha dado muchos buenos ratos y la posibilidad de conoceros a todos. Eso creo que ha sido lo mejor, el conocer a gente como vosotros, pero ahora mismo necesito a gente a la que pueda tocar, escuchar, ver... y el blog eso no me lo da y me recuerda que tampoco lo tengo.
No sé que hacer ni con esto ni con nada, pero si hay algo que tengo claro es que no voy a seguir dejando aquí mis penas y angustias porque es como hacer un album que mirar y es un tanto masoquista. Por ahora simplemente voy a desaparecer un tiempo y veré que hago con mi aquelarre.
Mil gracias a tod@s por estar ahí y leerme. Se os quiere.