Mi piel no responderá si no es al roce de tu piel.Te llama.
Este deseo nace como un estallido del centro de mi cuerpo. Me vence, me domina, me guía… Y mi corazón late con esa fuerza que a veces le falla. Esa fuerza que conoces y provocas a tu antojo.
No es amor.
Es deseo, locura, desenfreno, pasión…
Un simple roce de tus manos y pierdo el control. Una sola nota de tu voz y se escapa mi razón. Tu voz es como una droga. Tu forma de mirarme es una trampa a la que no puedo resistirme. Es tan fuerte que podría rasgar tu ropa con mis manos y perderme en ti.
Sin palabras.
Morder tu cuello, tu pecho y descender por el acantilado de tu espalda. Beber de ti para seguir respirando. Asaltarte sin previo aviso y arrinconarte, tirarte, prisionera de mis deseos.
Besarte, abrazarte, arañarte, dominarte…
Besar cada rincón de ti, cada poro de tu piel, esa boca indecente que me llama sin compasión y a la que no puedo ignorar. Abrazarte tan fuerte que nos fusionásemos en un solo ente, tan fuerte que nada se interpusiese entre tu piel y la mía, tan fuerte que no pudieses,ni quisieses, escaparte de mis brazos. Arañarte guiada por la locura que me provocas, sin razón, sin sentido, conducida por el tacto, la vista y el gusto.
Tu piel, tus ojos, tu sabor.
TÚ
Dibujar cada descarga de adrenalina con mis uñas en tu espalda. Oírte gritar. Dominarte y hacer de ti lo que se me antoje, sin pensar en nada más, dejándome llevar.
Y es que me vuelves loca.
Tanto que debería estar prohibido.
OM 17.9