Soledad....

¿Y si jamás llegase? Se hace esa pregunta una y otra vez. Una foto despertó lo enterrado, una canción la hizo volver al pozo. La felicidad que sentía era solo un espejismo, un placebo para su dolor. ¿Y si la soledad es su destino? Nunca pensó que la vida le depararía ese final. Nunca hizo daño a nadie, cuando ella es herida por todos, sin emitir queja. Simplemente baja la mirada y continúa. A nadie le importa si llora. Sufre todos y cada uno de los días. Soñaba, encerrada en su ilusión, con que algo la devolviese a la vida y le mostrase la felicidad. Pero ese algo no llegó y nunca llegará. Vino a este mundo para estar sola, pero aún no se resigna al destino impuesto para ella. Aún no. Muchas veces rozó con la punta de los dedos la felicidad, pero muerta de miedo, le volvió la espalda. Podría acostumbrarse a ella. Y ¿qué pasaría cuando esta se marchase? Quizás saber lo que es y perderlo duele más que no tenerlo. Una filosofía de vida que irónicamente le está impidiendo vivir. Evitar el sufrimiento es lo que la está haciendo sufrir. Su sofá, su cama y su música deben dejar de existir. Tiene que abrir las ventanas y gritarle al mundo que sigue viva. Sabe lo que tiene que hacer. Ahora simplemente tiene que coger fuerza, armarse de valor y comerse el mundo…. CONTINUARÁ